Despedir a alguien nunca es fácil, pero a veces es necesario.
Descubre si esa relación laboral ha llegado a su límite.
Con la escasez de talento que viven hoy en día las empresas –se estima que en México el 40 % de ellas sufren para encontrar al candidato que necesitan (Manpower, 2016)–, la idea de despedir a un colaborador parece sarcasmo.
Sin embargo, no lo es. Cuando un empleado resta y ya no suma, lo mejor es tomar acciones para evitar conflictos en el futuro.
Diversas empresas llevan a cabo planes de acción buscando una mejora en un tiempo determinado. En algunos casos funciona, en otros nada cambia. Estas son algunas situaciones en las que lo mejor es separar a una persona de tu organización:
1. Mal comportamiento
Poca disposición para conciliar, desinterés o deseos de confrontación pueden ser altamente negativos para el resto de tu equipo de trabajo.
2. Baja productividad
¿Tu empleado muestra baja productividad? ¿Retrasa el trabajo del equipo o entrega a destiempo? Medir la productividad es un criterio clave para tomar una decisión.
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3. Quejas constantes
Si tu empleado dedica mucho tiempo a quejarse con otros y en lugar de comunicarte de manera directa su problema lo hace con el resto del equipo, es hora de tomar una decisión.
4. Incita negativamente a otros empleados
Un mal elemento buscará organizar a otros compañeros para sabotear el trabajo y puede poner en riesgo toda la operación.
5. Quejas de clientes y/o proveedores
Si tus clientes, proveedores u otros empleados se quejan del comportamiento o servicio de tu empleado es hora de tomar cartas en el asunto.
Analiza tu situación y toma la mejor decisión para tu empresa
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