La tanda, las ventas por catálogo…
¿has comerciado algo en tus horas laborales?
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De acuerdo con la Real Academia Española, «comerciar» significa hacer negocios comprando o vendiendo o permutando géneros.
En el trabajo, puede ser con unos cuantos compañeros de forma discreta, o con un número considerable de colegas siendo totalmente público.
Entonces, es posible encontrarte con Marthita, la de los dulces; Juanito, el que organiza las tandas; Isabel, la de los catálogos; Pedrito, el de las quinielas, entre otros.
¿Es bueno, malo, intrascendente? Depende.
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¿Sí?
En marzo de este año, OCCMundial les preguntó a más de 700 usuarios sobre su salario y sus hábitos de ahorro. 8 de cada 10 mencionaron que lo que ganan actualmente no les alcanza.
Esto coincide con el documento Cultura financiera de los jóvenes de México, elaborado por Banamex y la UNAM y publicado en el 2014, en donde 65% de los encuestados dijeron que a fin de mes no les sobraba nada de su sueldo o que incluso pedían prestado para cubrir sus gastos.
En este caso, si la economía no da y comerciar un producto no afecta tus labores, podría verse como una alternativa.
¿No?
Como tal, no está prohibido por la ley. Pero cuando firmas un contrato de trabajo te comprometes a actividades de un puesto en el que no viene incluido promover productos con los compañeros.
Ahora bien, en donde sí puede estar censurado (y por escrito) es en el reglamento interno de tu empresa. Es posible que lo hayas leído cuando ingresaste a la organización, aunque también puedes solicitarlo meses después al área de Recursos Humanos. Si es así, cuidado: se convierte en una causa para que, aunque tu desempeño sea el mejor de todos, la compañía pueda rescindir de ti.
Ahórrate un disgusto.
¿Cuándo?
Fuera del horario laboral. Fuera de las instalaciones.
¿Imposible? Entonces a la hora de la comida, en un tiempo libre, pero en serio libre.
Se trata de que tu productividad no disminuya. ¿Qué es lo prioritario, tu puesto o el negocio? ¿Qué te afectaría perder más? Primero lo primero.
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¿Por qué lo hacen los empleados mexicanos?
70% de las personas que participan en tandas lo hacen porque creen que es la única forma de ahorrar (Primera Encuesta sobre Cultura Financiera en México, Banamex, 2008).
En México las cajas de ahorro son tradición.
En la actualidad, la gente aún ve con reservas administrar su dinero a través de un banco. Tampoco conoce otros métodos.
Con regularidad, cuando los compañeros de trabajo participan en este tipo de comercios informales es por los beneficios a corto plazo y por la confianza que puedan tener hacia una persona.
Ventajas
Sin compromisos legales.
Sin papeleos.
Una forma ya conocida de ahorro (en el caso de las tandas o cajas de ahorro).
Adquisición cómoda de productos.
Pagos “accesibles”.
Desventajas
De salir mal, puede afectarte en tu desempeño laboral.
No hay una seguridad total con el dinero.
Corres el riesgo de ser estafado.
No hay una autoridad a la cual acudir si ocurre algún percance.
En el caso de las tandas a largo plazo, el dinero se deprecia.
¿Has vendido o comprado productos dentro
de tu lugar de trabajo? Cuéntanos cómo te fue
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